Universidad Omega Nª 130
Semanario Universidad, agosto
2022.

El periódico La Nación S.A., curiosamente, publica en días seguidas, y en recientes fechas pasadas, en sus páginas de opinión, dos artículos en parte centrados en lo que uno de ellos, el economista chileno, Andrés Velasco (n. 1960), llama “política ‘woke’” (LN, 28/8/2022). El otro es del día 29 del mismo mes y tiene como autor al esloveno Slovan Zizek (n.1949), alguna vez presentado/aclamado como ‘filósofo emergente’. El título de su trabajo es “Lo que comparten la izquierda ‘woke’ y el nacional populismo”. El de Velasco se tituló “La política ‘woke’ se traslada al sur”. El término “woke” y su conceptualización provienen del movimiento negro estadounidense y su difusión se debería al uso que de él hizo Martin Luther King en 1965 (Discurso <"Remaining Awake Through a Great Revolution”>.  Llamaba a estar despiertos y alertas ante las posibilidades revolucionarias que se abrían para los negros. La revolución consistía y consiste en dejar de ser discriminados (y hasta asesinados) debido al color de la piel y sus expresiones culturales. De “awake” se habría seguido “woke”. Nada de qué escandalizarse, excepto para los racistas y los más fervorosos seguidores de Donald Trump. De lo que uno podría escandalizarse es que el racismo todavía persista y levante fervores. En América Latina nos damos todavía racismos, cuestión algo ridícula porque hasta los albinos nuestros poseen genes indígenas o negros, por hacer dos referencias.


   Bueno, si una revolución está en curso y parece que podrá triunfar en el largo plazo, es un excelente consejo “estar atentos” y “no dormirse”, aconsejados por Martin Luther King. El refrán popular señala “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. En el Chile de Andrés Velasco le dieron una versión más chusca que aquí reproduzco suavizada: “camarón que se duerme se lo fornican los sapos”. “Fornican” en el original era reemplazado por algo más grosero. Bueno, pero lo decisivo es que Martin Luther llamaba a estar atentos, no dormirse y a cancelar el racismo (bloqueando incluso todo racismo defensivo). Se escucha una línea política correcta. De ella no se siguen perdedores. Excepto que despojarse, o ser despojado, de arrogancias y violencias se consideren derrotas.


   Es poco probable que el economista chileno Andrés Velasco se haya informado respecto al carácter (determinado por su origen) del concepto y actitud “woke”. Ya indicamos que no designa originalmente ningún “extremismo” y “extravíos”. Ahora, si uno quiere ver extremismos o extravíos en todo lo que le incomoda, incluso “dar de comer al hambriento” (que podría estar además desempleado y carecer de dinero o fuerzas para ‘pagar’ el alimento), entonces las woke palabras de Jesús resultan de una violencia intolerable. Escribe Velasco: “… las deficiencias de la política woke —rigidez ideológica, inclinación a la intolerancia, desprecio por los aspectos prácticos de la gobernanza— devienen aún más explosivas cuando se extrapolan a América Latina, África y Asia”. Ahora, una dictadura que quizás Velasco aclamó, la de Pinochet en Chile, se adornó con feroz rigidez ideológica, no tuvo tolerancia ninguna contra los que deseaba odiar, y utilizó los aspectos prácticos de la gobernanza para enriquecerse. Si Velasco hubiese estado en la oposición, estaría muerto. Como no lo está, deduzco que no se opuso seriamente a Pinochet. Este gobernó entre 1973 y 1990. Tiempo tuvo Velasco para oponérsele. Eso sí, sería cadáver. La política woke de Luther King llama a estar atentos. Y en política, quien está de verdad atento, estudia. Y vive lo que comprende/siente. Son aspectos del “woke”. Pero tal vez existan dos “woke”. El oportuno, al que convocó Luther King, Y el de Velasco/Zizek que se acerca a un tipo de asco por los diferentes si estos condenados irrespetan.

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