F-0039 Seminario Hinkelammert: emancipación y redención

ECONOMÍA Y TEOLOGÍA: LAS LEYES DEL MERCADO Y LA FE I

1.- El texto de Hinkelammert, que lleva el mismo título que estas notas, apareció en la revista Pasos, N° 23 en 1989. Tocaremos aquí algunos de sus núcleos conceptuales en cuanto resultan útiles para la lectura de “La maldición que pesa sobre la ley”. El primero es la relación entre socio historia o mundo corporal de necesidades y el mundo de Dios, o mundo trascendental (en el sentido de una jerarquía que los seres humanos no pueden romper), este último objeto de la teología. En opinión de Hinkelammert la ortodoxia cristiana ha asociado la liberación (de necesidades) con la tradición judía y esto la tornó, al menos desde la Edad Media, en antisemita y antiliberación. Se trata de la condena de toda opción materialista y ‘judía’ que resuelve inicialmente deudas humanas aquí en la tierra y atrae así la gracia de su Dios que es, al mismo tiempo, desde Pablo de Tarso, el Dios de todos. La oración el Padre Nuestro en la versión del evangelista Mateo dice: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo, 6, 12). El texto de Mateo parece claro y culmina con “Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (6, 14-15). Se entiende el ruego: Así como nosotros lo hacemos en la tierra, en beneficio de todos y de la comunidad, hazlo desde el cielo también por nuestra alianza. Hinkelammert publicó este texto en Pasos a finales de la década de los ochenta cuando América Latina se vio afectada por los efectos de una crisis determinada por una deuda externa impagable.

1.1.- La impagable deuda externa latinoamericana se produjo en parte debido a que su crecimiento económico (infraestructura e industrialización) se realizaba mediante créditos externos cuyas condiciones finalmente no podían pagarse. La ruina se producía de acuerdo a las reglas del mercado de capitales. El punto mostró quizás la imposibilidad de alcanzar el desarrollo desde la periferia de una economía mundo. El sistema-mundo no admitía la opulencia para todos, sino solo para algunos. Se trataba de un límite que no se podía romper. En cuanto tal, si se considera al orden/violencia del mundo como “Dios” el logro de un crecimiento para todos se mostraba deicida. El desarrollo para todos resultaba una ofensa objetiva para la totalidad de la economía mundo propuesta como un Dios que se ha de respetar si no se desea acarrear su furia. Así, la economía-cultura mundial muestra su carácter teológico cristiano y anti-materialismo judío. Estos últimos rechazan la petición hebrea: perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos las deudas de nuestros prójimos por servicio a nuestra comunidad. En la versión de la economía mundial y de quienes (o lo que la) la manejan, perdonar las deudas-ahora-ofensas equivalen a un teológico deicidio.

2.- La referencia anterior puede ponerse en relación con la descripción que Hinkelammert realiza en la segunda parte de “La maldición que pesa…”. En ella se encuentra su interpretación de la crítica de la religión por parte del joven Marx. Se trataría de un discernimiento acerca de la religiosidad (un tipo de ethos), no de su ataque o negación absolutos. La reflexión, que Hinkelammert llama pensamiento crítico, supondría dos núcleos: se orienta contra “todos los dioses del <cielo y de la tierra> que no reconocen que <el ser humano es el ser supremo para el ser humano>”. Y además el pensamiento crítico se pronuncia “<en contra de todos los dioses del cielo y de la tierra>, en cuyo nombre <el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable> o tratado como tal” (pág. 183). Este pensamiento crítico rechaza toda divinidad que no perdona deudas u “ofensas” si quienes lo “ofenden” tienen como ethos la projimidad cristiana que supone la corporeidad judía que perdona deudas.

2.1.- Conviene hacer aquí un comentario no extemporáneo: el uso que hace Hinkelammert del giro ‘’pensamiento crítico’ no es equivalente al moderno teoría crítica, de inspiración marxista, aunque académico, ni tampoco a la propuesta crítica original marxista contenida, por ejemplo, en la “Introducción general a la crítica de la economía política/1857” o, bajo una forma directamente militante, en el “Manifiesto del Partido Comunista”. Hinkelammert remite la criticidad de Pablo de Tarso a su universalismo (pág.15) y a su crítica de la legalidad en cuanto contiene o puede contener la discriminación y rebajamiento de los seres humanos. Pero Marx no presenta universalismo alguno sino una universalidad de horizonte factible contenida en la organización capitalista de la sociedad y el mundo y tanto esta universalidad como su crítica de la ley (sociedad civil) se apoyan en un sitio epistémico-político-cultural (el movimiento obrero) que no es el de Pablo de Tarso. El sitio de salvación, no de emancipación, para Pablo es una comunidad de fieles en Cristo-Jesús o, en lectura más política, de quienes viven la fe de Jesús de Nazaret. Se trata de propuestas enteramente distintas que resulta factible vincular pero no identificar. Una identificación se vincularía con continuidad. La crítica de esta continuidad con marxismo.
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