F-0039 Sem. Hinkelammert: emancipación y redención
ESTEREOTIPOS SOBRE LA TEOLOGÍA LATINOAMERICANA DE LA LIBERACIÓN
1.- ‘Teología latinoamericana de la liberación’, fue un movimiento complejo generado en el seno de creyentes cristianos del subcontinente. No se limitó a cristianos ya que aspiró a un ecumenismo religioso de nuevo tipo, no limitado a su base cristiana sino abierto a religiosidades de otros sectores culturales. La Teología latinoamericana de la liberacion (TLL), lo hayan sabido o no sus protagonistas o cultores, tiene como eje y horizonte una transformación de la espiritualidad dominante. En su sentido más básico ‘espiritualidad’ remite a una disposición humana radical hacia sí mismo, hacia los otros y el mundo, un ethos que contiene seguridades y esperanzas y potencia para trazar rutas, o sea los caminos que se ha de recorrer para llegar a ellas. Espiritual es el sentido de una opción por los pobres, el lema más repetido de la TLL.
1.1.- El término ‘espiritualidad’ puede o no tener un alcance religioso en el sentido de incorporar en el mundo (subjetivo y objetivo) de la existencia humana entidades sobrenaturales (dioses, demonios, derecho natural, por ejemplo), trascendentes y proponer (se) hacia ellas y con ellas determinados procederes. Una opción por los pobres no es, por sí misma, una opción religiosa, sino política y humana. Resulta factible optar por los empobrecidos sin remitir esta elección a entidad sobrenatural alguna. Sin embargo la opción puede asimismo hacerse desde una identidad (o identificación) religiosa). Por ejemplo, se opta por los pobres porque es la voluntad de Dios. O porque el pobre es un prójimo y todos los individuos humanos nos constituimos como tales, en la propuesta de Jesús de Nazaret.
1.1.1.- Conviene aquí especificar una distinción. Optar por los pobres no es conceptual ni políticamente idéntico a optar por los empobrecidos. El individuo pobre es un referente situacional. Veo, por ejemplo, pobres en la calle, en los suburbios semirurales. Pasan por mi casa, solicitan ayuda o quieren realizar alguna faena. El empobrecido en cambio resulta signo de procesos que empobrecen, señal de un sistema que produce empobrecidos o, ahora sí, pobres situacionales. Si se piensa en términos de empobrecidos resulta factible valorar que empobrecidos podemos ser todos, porque el sistema social genera todo tipo de empobrecidos: produce a los empobrecidos “sin voz” y a los empobrecidos que desean ser “voz de quienes no tienen voz”, por ejemplo. Se puede aspirar al Premio Nobel protagonizándose como ‘voz’ de quienes carecen de ella. Pero los enmudecidos, aun sin decir palabra, hablan. No existen personas que carezcan de habla, sino que la sociedad genera oídos que no escuchan o escuchan mal. Tocamos así un malentendido generado en parte por una Teología latinoamericana de liberación: ser la voz de quienes no tienen voz. Y menos claramente otro que no es tanto un yerro sino señalamiento de una corrección (y por ello de una autoridad): la anulación de una opción por los empobrecidos y su reemplazo por una opción preferencial por los pobres. La última es una fórmula vaticana, o sea universalista, es decir falsa. Posee una asociación curiosa: en su Presentación a los dos tomos de Mysterium Liberationis, Jon Sobrino escribe, al referirse a lo necesaria que resulta una teología de la liberación cuando abundan las opresiones. Ella respondería, con credibilidad a la pregunta: “¿Cómo decir a los pobres de este mundo que Dios los quiere?” Está citando a Gustavo Gutiérrez. Lo vistoso es que esto es lo que dice a sus fieles todos los domingos el sacerdote que oficia misa: que Dios quiere a todos por igual. Por supuesto se refiere a los seres humanos en abstracto, a sus almas, no a sus posicionamientos en relación con los medios materiales de existencia y a las diversas jerarquías sociales que ella contiene.
2.- Hemos introducido, en relación con el campo de una Teología latinoamericana de la liberación, en la que se inscribe Hinkelammert, la referencia a malos entendidos, que comenzaremos a precisar como estereotipos que inevitablemente acompañaron al esfuerzo por crecer y acompañar-se desde una espiritualidad cristiana que no era la tradicional establecida desde la Colonia ibérica. El despliegue histórico (desarrollismo, Concilio Vaticano II, Conferencia de Medellín, Revolución Cubana, Paulo Freire) y el ethos avisado por la TLL tornaban inevitables estos estereotipos.
2.1.- Mencionaremos los más divulgados de ellos: a) La TLL fue un movimiento generalizado o de mayorías; b) la TLL se constituyó como un movimiento articulado; c) la tesis central de la TLL es la opción preferencial por los pobres; d) la TLL tuvo carácter marxista; e) la TLL promovió una Iglesia paralela.