F-7144 Marxismo y teoría política

LA PERSPECTIVA DE MARX (I)

1.- Marx y Engels produjeron mucha literatura, aunque no buscaron publicar todo lo que produjeron. Existen dos textos de Marx,  de fecha cercana, que tuvieron distinta suerte entre sus comentaristas del siglo XX. Uno es la “Introducción general de la crítica de la economía política/1857” y el otro el “Prólogo a contribución crítica de la economía política” (1859). El segundo de ellos ha servido para sostener que la concepción materialista de los modos de producción sostiene una relación causal entre infraestructura y superestructura siendo la primera la causa de la segunda y también que esta concepción materialista contiene una Filosofía de la historia. Los textos del Prólogo que se utilizan para estas aseveraciones son: “Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política” (…) El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.” (…) “A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana” (itálicas no están en el original).

1.1.- Realizaremos inicialmente algunas aproximaciones esquemáticas a este material en relación con una interpretación causal de las relaciones entre ‘infraestructura’ y ‘superestructura’ y con la posibilidad de una dinámica de progreso en la Historia. En primer término advertimos que Marx liga infraestructura y superestructura con el concepto hegeliano de ‘sociedad civil’ que designa un espacio progresivo intermedio entre la familia (intereses individuales, particulares) en el que se puede acceder (realizar) a intereses universales (derivados de la lógica de los mercados) gracias al Estado, momento este último ‘superior’ de la conviavilidad ética. De modo que el concepto de ‘sociedad civil’ no opera con la lógica de causa efecto sino con la de momentos diferenciados en una totalidad progresiva dialéctica cuyo eje de completitud es el Estado. Si éste es Hegel, también es Marx y, por ello, en su pensamiento tampoco nada de relaciones causales mecánicas. Lo que existe es una totalidad que posee un eje o última instancia que Marx entiende bajo la forma de una crítica de la economía política (poner la dialéctica sobre sus pies, en la socio-historia), organización económica que no resulta sagrada en modo alguno (tampoco moral), especialmente si se está en la pre-historia.

1.1.1.- La segunda cuestión versa respecto a si Marx presentó analíticamente una Filosofía de la Historia. El texto del Prólogo que indicaría esto es el siguiente: “A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos” (Itálicas no están en el original). El punto central es aquí la mención a “épocas de progreso en la formación económica de la sociedad”. Los lectores simpatizantes de Marx sostienen que el texto solo remite a la socio-historia europea y no a una historia universal de la humanidad. No habría, por tanto, una Filosofía de la Historia en sentido estricto. Solo la habría de Europa. Obviamente el frente se desplaza hacia el eurocentrismo de Marx y conceptualmente carece de valor. Por esto podemos desplazar la atención hacla el texto ampliado: “… otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad”, o sea en los medios de producción y las formas de propiedad/ apropiación y que no hace referencia directa a las formas políticas y culturales que se siguen de la organización económica y que retornan sobre ella. Esto último es el contenido humano o político-cultural y básicamente constituye la mediación espiritual a través de la cual los seres humanos establecen su ethos (seguridad, agencia) que admite diferenciaciones y conflictos propios. De estas diferenciaciones y conflictos no se afirma ‘progreso’ alguno. De formas más especializadas y a la vez más integradas en la economía (mercado mundial) no se siguen formas más integradas de sensibilidad humana, ni hacia los sí mismos individuales ni generales (universalidad diferenciada de la especie). Por el contrario, un ‘desarrollo’ económico puede ser acompañado de un individualismo fragmentador extremo y en la extrema asunción cultural de lo ‘exterior’ como espectáculo. Es decir como algo que se disfruta como ‘espectador’ si se ha pagado el tiquete.

1.1.2.- Hecha la anterior observación de fondo (la incompatibilidad existente entre la dinámica de los modos de producción y sus transiciones y al hecho de descansar ella en una dialéctica materialista que contiene lo inédito histórico y no lo metafísico necesario del concepto [Espíritu] absoluto), conviene asimismo recordar que Marx (1818-1883) es coetáneo de Darwin (1809-1882) y, como él, individuo moderno. Para Darwin la especie humana es resultado no progresivo sino relativamente azaroso de las condiciones de existencia del planeta (biosfera) y su existencia depende tanto de su discernimiento (incomparable con el de otros animales) como del empleo de sus emociones. Estas últimas pueden facilitar el colapso de la especie. El ‘origen’ de las especies no contiene finalidad alguna para ellas. Y lo que sostiene a las Filosofías de la Historia (europeas o universales) es el vínculo entre origen y finalidad (o Sentido Final). Lo que nace con el Pecado (en cierto modo Absoluto), por ejemplo, termina con la Salvación o Redención absolutas.

1.1.3.- Conviene agregar, fuera de toda academia, que no tiene la menor importancia que Marx haya coqueteado con el imaginario propio de una Filosofía de la Historia y haya confundido en sus textos despliegue con ‘progreso’. Fue individuo de su época y pudo equivocarse en ese punto y en otros. Pero se trata de debates y asunciones políticas, no de meros reconocimientos.
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