F-7004 Seminario La maldición que pesa sobre la ley

FRANZ J. HINKELAMMERT: INSTITUCIÓN, ORDEN Y DESORDEN

1.- Uno de los artículos más atractivos del libro “La maldición que pesa sobre la ley…” de Franz J. Hinkelammert es el que aparece en el capítulo 9 de la segunda edición (2013). Tiene como título A propósito de Clodovis Boff, pero versa sobre los inevitables orden y desorden en la existencia humana, es decir sobre lo político y la política. C. Boff, religioso brasileño, se inscribió en un primer momento como el teólogo político de la Teología latinoamericana de la liberación [“Teología de lo político y sus mediaciones”, 1980], pero recientemente su nombre es más conocido por su posterior retorno a la conservadora oficialidad católica institucional. Desde luego, Clodovis Boff no ha de ser confundido con su hermano, algunos años mayor, Leonardo Boff. Aunque el capítulo de Hinkelammert versa sobre un artículo de Clodovis Boff (Teología de la liberación y vuelta al fundamento), el examen que hace de él despliega la tesis central del libro cuyo subtítulo es ‘Las raíces del pensamiento crítico en Pablo de Tarso’.

2.- Para efectos de este seminario conviene comenzar la lectura desde uno de los núcleos temáticos que es desarrollado en sus páginas finales. Indica Hinkelammert que las instituciones surgen de la convivencia humana (pág. 264). Esta institucionalización torna factible la convivencia y, al mismo tiempo, la torna posible. Es decir, ordena cómo comportarse en situaciones determinadas y, al mismo tiempo prohíbe hacerlo de una manera distinta. Enfatizamos tres aspectos de toda institucionalidad: a) resulta humanamente producida; b) es inevitable por necesaria; c) contiene orden/violencia. Por eso, Hinkelammert escribe: “… dos grandes problemas aquejan a la humanidad: el desorden… y el orden” (pág.265). Y añade: “Cuanto más les asignamos una dignidad especial a las instituciones, menos somos capaces de tomar en serio la dignidad humana. Una dignidad intrínseca tiene el ser humano, la institución no”. Sobre este planteamiento volveremos más adelante.

3.- La crítica que Hinkelammert hace de la presentación de Boff es que éste privilegia la institución católica (de naturaleza divina y propuesta por Cristo Jesús), porque la “opción por los pobres está inscrita en la opción cristológica (…) el principio-Cristo incluye siempre a los pobres, sin que el principio-pobre incluya necesariamente a Cristo”. Hinkelammert continúa citando a C. Boff: “… para ser cristiano es absolutamente preciso comprometerse con el pobre pero, para comprometerse con el pobre, no es necesario en absoluto, ser siempre cristiano.//… la metodología de Aparecida (reunión del Celam en Brasil, 2007) es más lógica: de Cristo se va necesariamente al pobre, pero no necesariamente del pobre a Cristo. Por todo ello la metodología de Aparecida puede incluir la de la TL y puede fundamentarla, pero a la inversa no es posible” (pág. 254. Los paréntesis no están en el original). Comenta Hinkelammert que Boff quiere algo como centro del cristianismo (católico) que solo la institución puede tener, y este centro es Cristo.

3.1.- Hinkelammert añade que C. Boff nunca precisa quien es este Cristo. “Y cuando hace referencia al mensaje de Jesús, se trata siempre del mensaje con su opción por los pobres. Pero eso siempre es ‘humano’ y no es ‘específicamente cristiano’ Cuando quiere identificar la institución iglesia necesita otra cosa: una determinación que defina una relación amigo-enemigo. Pero el mensaje de Jesús no la tiene. Eso es fatal para una iglesia que quiere afirmar su poder. Necesita sustituir la fe de Jesús por la fe en Jesús” (pág. 256). Y sigue: “Cuando el mensaje cristiano se extendió la primera vez en el imperio romano, era, efectivamente, específicamente cristiano. Eso en un sentido de que eran los cristianos casi los únicos que articularon la opción por los pobres y la vivieron. Pero la opción por los pobres era solamente de hecho una opción por los cristianos. [Aunque en el mismo movimiento] se abrió a una nueva dimensión de lo humano. “…en cuanto se reconoce la opción por los pobres como una dimensión de todo [lo] humano, deja de ser específicamente cristiano. De eso Clodovis se da cuenta perfectamente. Pero precisamente por eso como cristiano se siente perdido” (paréntesis [ ] no están en el original).

4.- Hinkelammert apela a Pablo de Tarso (1 Corintios, 1:17) para mostrar que éste relativiza a la iglesia como institución: “…porque no me envió el Mesías a bautizar sino a evangelizar, no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz del Mesías”.  La legitimidad de la iglesia, en la interpretación de Hinkelammert, está en el servicio al “…imperativo categórico de echar por tierra todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (Marx: Introducción a la crítica de filosofía del derecho de Hegel) (pág. 182 de La maldición que pesa sobre la ley). Este echar por tierra es un referente político-cultural y determina como absolutamente negativo todo marco categorial y todo marco imaginario y toda institución que ‘no opte por los empobrecidos’ (es decir por los pobres en cuando producción humana). Este es el programa político que la iglesia institucional que defiende un ya anciano Clodovis Boff no puede aceptar.
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El que parece ser el texto original de Clodovis Boff [Teología de la liberación y vuelta al fundamento] puede verse en http://www.pensamientocritico.info/index.php/articulos-1/otros-autores2/teologia-de-la-liberacion-y-vuelta-al-fundamento