1.- La categoría o nombre de ‘Economía política’ nace oficialmente a inicios del siglo XVII (Antoine de Montchrestien, 1575-1625, interlocutor de Jean Bodin, 1530-1596) y remitía al análisis del papel que jugaban en la producción de riqueza los capitalistas (propiedad burguesa), los terratenientes (propiedad de la tierra) y los trabajadores (servicio de su fuerza de trabajo). Resulta por tanto de una consideración de los vínculos entre distintos grupos sociales básicos y su papel económico y del carácter de la riqueza producida y distribuida. La socialización del nombre Economía política clásica es del siglo XIX y se utiliza para enmarcar los trabajos de Adam Smith (1723-1790), Juan Bautista Say (1767-1832) y David Ricardo (1772-1823) dentro de una escuela de pensamiento económico. El concepto de ‘economía política’ puede rastrearse sin embargo hasta Aristóteles quien habló de la economía como el arte de proveer a las necesidades de una familia con prudencia y frugalidad y añadió que lo que la economía era para la familia la Economía política lo era para un Estado. Aristóteles introduce por ello, mediante su analogía, el concepto de una totalidad social y también el de subtotalidades metodológicas, es decir de tramas sociales que son, en un mismo movimiento lugares epistémicos (o sea factibles de producir conocimiento).
2.- Con alguna independencia de su historia efectiva, suele asignarse a Adam Smith y a su trabajo “La riqueza de las naciones” (1776) como la primera expresión de una Economía política clásica puesto que es él quien propone una teoría del valor-trabajo que rompe con el pensamiento económico mercantilista y fisiocrático. Los trabajos de Marx no pertenecen a esta escuela económica, porque ellos se inscriben en una crítica de la economía política. Esta crítica es sociohistórica. La economía política de Smith y David Ricardo), en cambio, ‘naturaliza’ las relaciones económicas existentes sin interesarse analíticamente en que ellas contienen los conflictos que podrían llevar a su transformación. Esto último, las posibilidades de transformación que ofrece una determinada economía política, constituye el sentido de una crítica de la Economía política.
En cualquier caso, puede decirse que la Economía política moderna se inicia con Adam Smith y su Riqueza de las naciones y finaliza con el trabajo de Alfredo Marshall (1842-1924) y su estudio “Principios de economía” (1890). Su título efectivo es Elementos de una Economía Industrial. La obra de Marshall permite retornar a una disciplina económica centrada en la circulación (utilidad y utilidad marginal) y no en la producción como factor de una compleja totalidad social.
2.1.- La ‘utilidad marginal’ es un concepto económico que explica el valor de un bien en el mercado, al que concurren diversos agentes económicos, por el significado o la satisfacción que él genera en ellos en relación con sus fines. Así, se producirán tantos automóviles como ganancias dejen. Y se comprarán tantos como satisfagan intereses/deseos de los compradores. Si la utilidad desciende por debajo de un límite, no se producirán más automóviles. Si la demanda es mayor que la oferta, los autos subirán de precio. Esta concepción admite lecturas objetivas o subjetivas. En ambas lecturas el valor se presenta divorciado de las necesidades. Es en el ámbito de los mercados que se gesta el carácter del valor.
3.- Los factores de la producción económica pueden entenderse como tierra, capital, trabajo y Estado. También como tierra, capital, trabajo, Estado y conocimiento. Una tercera posibilidad es entenderlos como tierra, capital, trabajo, mercado, Estado y conocimiento. Ya señalamos que Aristóteles ligó las necesidades de las familias con los requerimientos que se puede hacer a un Estado respecto del conjunto de las familias (población) Los vínculos/jerarquías entre estos factores, privilegiar permanentemente los mercados sobre el Estado, por ejemplo, o las remuneraciones del trabajo (productivo y de servicios) referidas a las ganancias privadas (bancos, empresas) determinan tanto la existencia cotidiana como la lógica que anima las instituciones básicas y, quizás más lentamente, las institucionalizaciones sociales (ethos colectivo). O sea marcos categoriales e imaginarios.
4.- El análisis crítico de la Economía política, por tanto, es uno de los caminos de acceso para la comprensión de las crisis sociales y culturales en las economías/sociedades modernas. Estas crisis pueden determinarse como local-nacionales e internacionales y planetarias. Las guerras pueden hacer parte de la búsqueda de una resolución a esas crisis.
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