Seminario Hinkelammmert: Emancipacion y redención

HINKELAMMERT CRITICA A C. BOFF: LA OPCIÓN POR LOS POBRES

1.- Hinkelammert sostiene que la opción por los pobres no puede conferir identidad sustancial al cristianismo porque se trata de una “opción humana” que se encuentra en otras corrientes de pensamiento cultural-religiosas y político-culturales. En Marx, por ejemplo, aparece bajo la fórmula ‘ninguna religiosidad que disminuya al ser humano’: “La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el ser humano es el ser supremo para el ser humano, y, por consiguiente, en el imperativo categórico de echar por tierra todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (pág. 182, itálicas no están en el original). Nótese que el texto de Marx, el enfatizar las relaciones, no habla de pobres sino de empobrecidos.

1.1.- El paso conceptual desde ‘pobres’ a ‘empobrecidos’ implica el tránsito desde la conciencia de un estado o presencia exterior a mí: ‘he ahí un pobre’ o ‘me conmueve esta pobreza’, a una conciencia de empobrecidos determinados como tales por relaciones sociales (en las que concurro) sistémicas. Hinkelammert suele referir en este campo una sentencia de Desmond Tutu: “Yo soy si tú eres” (La maldición que pesa sobre la ley…, pág. 110). La versión político-conceptual más propia es: “Si tú no eres, yo tampoco soy”. Esta última versión indica que la producción de humanos empobrecidos, sistémicamente vulnerables, empobrece a todos, incluyendo al obispo Tutu (cuya jerarquía se desvanece). En esta última versión, una praxis que apodera todos, o la universalidad de la praxis, aparece como proyecto político necesario.

2.- Hinkelammert destaca que el mensaje cristiano originalmente generó una forma de vida que expresaba una contracultura en el marco del imperio romano: “… eran los cristianos casi los únicos que articularon la opción por los (empobrecidos) y la vivieron. Pero la opción por los pobres era solamente de hecho una opción de los cristianos. Hizo ver una nueva dimensión (ethos alternativo) de lo humano. Pero en cuanto se reconoce la opción por los pobres como una dimensión de todo humano, deja de ser específicamente cristiano” (pág. 256, paréntesis no están en el original). En su crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, Marx no se refiere a todos los seres humanos, sino a la conciencia de los alemanes y de algunos otros europeos. Pablo de Tarso tampoco remite a todos los seres humanos en 1 Corintios, sino a quienes conforman “…la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”, o sea a una comunidad de fieles religiosos que comparten una espiritualidad y rechazan la hegemónica del imperio (quizás centrada en la codicia). Entre estos fieles podían darse opulentos que compartían sus bienes y empobrecidos económicos porque lo que los mantenía congregados era una fe religiosa que les prometía una salvación próxima. Pero en el seno de esta comunidad se generaban asimismo empobrecidos (humillados, sojuzgados, en el lenguaje de Marx), sistémicos, las mujeres, por ejemplo.

2.1.- Así, la referencia de Hinkelammert a 1 Corintios no es enteramente apropiada. Es correcta cuando relaciona la fe cristiana con un testimonio y no con una doctrina e institución “No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo” (itálicas no están en el original). No es lo que dice Pablo, sino su anuncio de la Buena Nueva: la encarnación, la cruz y la resurrección de quienes testimonien la fe de Jesús. El comentario de Hinkelammert es correcto en cuanto enfatiza que Pablo de Tarso “relativiza a la iglesia como institución”. La comunidad de fieles vale solo en cuanto testimonia/encarna una espiritualidad que contiene una universalidad como posibilidad (relaciones en las que nadie resulte humillado ni sojuzgado, empobrecido). También es adecuado, aunque excesivo, el comentario que Hinkelammert realiza de 1 Corintios 27-29: “Considerad, pues, hermanos, vuestra vocación y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”. En la comunidad se dan y expresan algunos ‘sabios según la carne’ y ‘poderosos y nobles’ y también ‘necios’, ‘débiles’, ‘viles’ y quienes ‘no son’ (según la espiritualidad hegemónica). Hinkelammert escribe: “… Pablo constata que los plebeyos y los despreciables son los escogidos de Dios (…) Los escogidos de Dios no son los cristianos, tampoco los judíos. Son los plebeyos y los despreciados de todo el mundo. Tampoco la iglesia es escogida. Una convicción de este tipo subvierte todas, pero realmente todas las instituciones. Todas tienen que medirse por este criterio”. No todo lo que encuentra Hinkelammert en 1 Corintios, 1 lo encontrará todo quien lo lea. Sin embargo el punto de subversión de todas las instituciones que disminuyan a los seres humanos puede encontrarse en Marx. Incluso en un texto tan temprano como la Introducción Para la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844).
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