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Categoría: En Periódicos
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Universidad,
agosto 2015

 

   Desnuda por la exacerbación de su práctica de un “periodismo” de mala calidad y por el fiasco de su “ola publicitaria” acerca de los salarios en determinados sectores públicos, La Nación S.A., que cree ejercer un poder que le permite ‘no perder nunca’, usa sus opinionistas oficiales para asear un guiso cocinado inicialmente por el ‘reportero’ Otto Guevara. Como uno de los temas es que los empleados públicos deben tener salarios tan bajos como los que paga la empresa privada (cuyos empresarios no siempre envían estos montos a la Seguridad Social), al que se añade que esos trabajadores cobran millones porque los respaldan sindicatos, el opinionista Jorge Guardia inicia una de sus columnas con la siguiente canción: “Los defensores de las prebendas salariales del sector público son astutos y beligerantes. Tratan de enrarecer la discusión con otros temas en la esperanza de que, pasados los tres días convencionales de cada escándalo mediático, las cosas vuelvan a su lugar y nada pase. Me parece muy peligroso” (LN: 28/07/15).

   Para Guardia, los ‘beligerantes’ son los otros. Él no. Él es un economista racional y ponderado. Por eso utiliza “prebendas” (en español remite a lucrar con poco trabajo). Los prebendarios flojos son al mismo tiempo ‘astutos’ con su alcance de “artificiosos” y “engañadores”. Pero Guardia, al agredir, finge no enrarecer nada. Busca que el “escándalo” mediático urdido por La Nación S.A. supere tres días.

   El no-beligerante Guardia continúa: Los prebendistas quieren discutir también los salarios del sector privado. Pero Guardia dice, no se puede. Da una razón que estima esencial: “… el sistema de mercado opera como corrector automático de salarios privados bajo tres principios: vinculación con los costos de producción, desempeño individual (productividad) y movilidad laboral”. O sea, contra el mercado capitalista (tal como funciona en Costa Rica) ni la Virgen de los Ángeles. Pero quizás los taimados prebendarios no quieren discutir el dogma del Mercado, o al menos no de primera entrada. Tal vez los haraganes pillos buscan debatir las necesidades de los trabajadores del sector privado y de sus familias. Los pagos por debajo del salario de ley. La elusión programada de impuestos. O la prohibición de hecho de sindicatos en el sector privado de la democrática Costa Rica. Mercado, productividad y movilidad laboral no solo expresan principios económicos. Portan también determinaciones sociales, políticas y culturales.

   Brinca el neutro Guardia: “Los salarios públicos deben ser “dignos” y “justos”, dicen, (los prebendistas) pero no es fácil definir la dignidad o justicia sin caer en subjetividad. Bajo el sistema de precios sí se puede verificar cuáles son salarios de mercado” (paréntesis nuestro). Guardia no le entra a las tareas difíciles que implican cálculos subjetivos. Las juicios subjetivos son propios de ‘astutos sinvergüenzas’. Para él no existen ni empresarios de carne y hueso con sus deseos y compromisos ni ciudadanía social (descrita por T. Marshall hace mucho: derecho a un mínimo de bienestar económico; derecho a   la vida de un ser civilizado). A Guardia pensar derechos humanos ante la objetividad del Mercado le suena a tarea prohibida.

   Economistas del Banco Mundial, citados por Eduardo Lizano, advierten que desde finales del siglo XX “… no se ha dado una convergencia entre el ingreso por habitante de Costa Rica y el de Estados Unidos”. El crecimiento económico del país no tiene la forma de ser “luz en la colina”. Enfatizan su juicio con un ‘la pobreza se estanca y la desigualdad aumenta (…) El coeficiente de Gini ha desmejorado” (LN: 26/07/2015) ¿Este rumbo será efecto solo de los salarios públicos o concurrirán en él otros factores? El carácter neoligárquico y dependiente de grupos empresariales costarricenses y la apatía política para entrarle al financiamiento de un sistema educativo nacional moderno, por ejemplo, por citar factores que afectan al “mercado puro” que Guardia rehúsa pensar. Yoriko Kasukawa, representante de la ONU, vivió tres años en Costa Rica y juzga: “La desigualdad ha venido creciendo en los últimos 20 años al contrario de otros países” (LN: 3/08/2015). ¿Tendrá esto algo que ver con el carácter del emprendedurismo local o es solo “culpa” de los salarios públicos? Guardia declara no factible, por arduo, pensar esto.

   La ópera de tres centavos versa sobre enredos entre miserables que se niegan a dialogar sus problemas y prefieren imponer intereses y gulas. Alguno termina preso. Pero cuando se trata de sociedades, ésta no va a la cárcel. La sociedad misma deviene tortura y presidio. Esto no parece peligroso. Lo es.

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   Intervenciones (en Paquidermo; no se incluyen los apellidos)

   Carlos.- Por favor mencione 10 empresas de capital costarricense que produzcan algo. No se valen cooperativas ni distribuidores de productos importados (carros,medicinas ), ni las agrícolas (café, banano, piña ).¿Cuáles son ? Todas extranjeras, don Helio.

   HG.- Usted apunta hacia varios aspectos centrales cuya no-consideración en los debates, por demás falseados, que introduce alguna prensa, impiden entenderse incluso si existiera gente (diputados, por ejemplo), o dirigentes políticos, que quisieran discutir. Uno es que existen sectores que desean que la presidencia de Solís (porque no es del PAC, como ha quedado de manifiesto) se encargue de finiquitar el “trabajo sucio” social iniciado en la década de los noventa con las medidas, sin contrapeso o cautela interna, que enfatizaron la apertura a una economía/comercio mundial: Costa Rica, su territorio y población debían transformarse en puntos de ‘inversión privilegiada’ para el capital transnacional; en el límite, todo el territorio transformado en Zona Franca. El resultado es que el país reforzó su apertura a la inversión extranjera y a la importación comercial pero éstas no se “encadenaron” internamente (habría que añadir el endeudamiento externo: El Salvador y Costa Rica encabezan la lista de deudores centroamericanos). Hoy casi todos se duelen de la incapacidad para tramar internamente la inversión extranjera, pero nadie avanza políticas públicas que tiendan a resolver los desafíos. Los últimos “espectáculos” de esta conflictividad determinada por una ‘apertura’ de la economía sin adecuaciones internas previas los han brindado las limitaciones al ingreso de aguacate mexicano por razones sanitarias y la carne de cerdo chilena cuyo precio amenaza a los productores locales de este producto. El “libre comercio” de aguacates mostró a La Nación S.A., por ejemplo, defendiendo las exportaciones mexicanas y criticando al gobierno. El asunto se resolverá en la OMC.  Permanente es la queja, en este rubro, de los exportadores radicados en Costa Rica quienes “pierden” con un colón sobrevalorado. Lo que se desea es que la administración Solís resuelva, sin contrapeso social alguno, todas estas tensiones apoyando el “libre comercio” internacional con el cual se benefician algunos pocos y pierden socialmente muchos. Con ello Solís y el PAC (que no existe en cuanto partido) quedan mal con todos. Ojalá para siempre. Se trata de un sentimiento maligno y cortoplacista, facilista, que puede arrasar, de hecho ya está arrasando, con la Costa Rica histórica, amenazada también en otros flancos por una muy pobre política contra el crimen organizado.

   El otro rubro que se puede enfatizar es el de la irresponsabilidad política, acompañada de impunidad por ausencia de una cultura ciudadana. Los hermanos Arias, por ejemplo, en conversación con el presidente Solís, admiten que ellos desencadenaron en su última administración la última tromba de salarios en el sector público. Rodrigo Arias aduce que los informaron mal. Pero no asumen la responsabilidad política por el asunto, tampoco nunca se sancionó a los funcionarios que “mal informaron” a la Presidencia y, mucho menos, ninguno de los hermanos toca el punto del “clientelismo y las argollas” en el sector público, desviaciones ambas que son básicamente responsabilidad de su Partido y del PUSC. Tampoco explican si ellos y su gente sacaron ‘réditos políticos’ con sus decisiones salariales. Si estas situaciones no se ventilan con humildad y deseo sincero de corregir y cambiar, pues las salidas no se ven. El presidente Solís no puede resolver con su mandato, para estos efectos efímero, el déficit fiscal, el endeudamiento externo, la falta de encadenamientos productivos, la reforma educativa que el país requiere y los salarios en un sector público normalmente poco eficiente… sin interlocutores políticos sinceros y humildes que, desde estos rasgos podrían alzarse como estadistas. Pero lo que se viene dando en Costa Rica, con alguna excepción, es el grito, el acoso y el “todo para nosotros” y “nada para los otros”. Lamentable, pero propio de un país sin cultura ciudadana. Normal en Centroamérica y en América Latina.

   

   Luis L.- Los liderazgos individuales ya no existen… La autoridad patriarcal esta censurada y en clara extinción y nos quieren convertir al formato colectivista de otras sociedades el ‘team-working’ social, pero todo esto bajo el supuesto de que nuestros problemas sociales ya estan resueltos como en otras sociedades. Será que necesitamos de un ancestral caudillo, ¿último rescoldo del Patriarcado? O ¿tal vez una caudilla? ¿Quién finalmente desatará las amarras sociales que nos permite zarpar hacia el Primer Mundo. ¿Donde está? Montado(a) en un unicornio azul en algún lugar del Tropico? ó ¿tal vez, en algún lugar virtual de la Red, una red social? Si alguien sabe que le diga a nuestro líderes para que lo vaya a buscar… pero un segundo… ahora recuerdo: ellos no se podrán de acuerdo porque todos querrán ir a honrar al Mesias/Guru a la vez, y durarán mucho para llegar … Al final el mesias/guru les dijo que ya está muy viejo para hacer lo que ellos quieren , aunque nunca se pusieron de acuerdo, ni él les entendió muy bien que querrían. Sólo les dio un consejo como anciano en que se convirtio: lo mejor es que cambien ustedes y no el sistema, porque solo así terminará el siglo del Egoismo.Ellos dijeron no entender pero el Mesías/Gurú se fue. Nadie sabe lo que pasó después…”
   Perdón, se me olvidó mencionar que esto fue un sueño que me provocó este comentario…

   HG.- Incluso para quien sueña, dormido o despierto, resulta difícil referirse a los sueños porque se trata de señales para las que no existe manual. El intercambio respetuoso entre los acentuadamente diversos, como reclama el obispo Ángel San Casimiro, el recién pasado lunes en La Nación S.A., en sociedades con débil sociedad civil y precaria cultura ciudadana, es una propuesta de sentido común, pero compleja de implementar con éxito. Menos en una Costa Rica donde sectores importantes se niegan a salir tanto de la Guerra Fría como del discurso del desarrollo. Si se produjeran gurúes, asunto no en exceso sensato como debieron reconocer en su momento los Beatles, su presencia exige que varios o muchos quieran interpelarlo y sentirse interpelados por él. Hay que rastrear este debate en la socio-historia del país para mirar hacia adelante y tener horizontes y derroteros. Como no hay receta, hay que prepararse asimismo para fracasar y para volver a intentar."Economía de tres centavos" habla de las gentes organizadas o ciudadanas más que de iluminados o estadistas. Estos últimos resultan de producciones sociales, no nacen con una estrella en la frente. Como los sueños, a su manera, cuestan. Si se requieren, hay que producirlos.

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